Un vendedor tiene que ser un filosofo

Siempre se dice que un vendedor tiene que ser una persona de acción, y es cierto, porque los resultados son la consecuencia de las acciones del vendedor. Si no hace nada, no hay resultados. Y si los hubiera sin hacer nada el vendedor, entonces sobraría.

Pero ahora argumentaré que también, un vendedor tiene que ser un filósofo.

Cada uno elige la filosofía que más le gusta, pero creo que sería muy útil para un vendedor mirar del lado del estoicismo.
De las muchas cosas que me atraen de esta filosofía, hay el énfasis en nuestra esfera de control.

Como estoicos, tenemos el deber de actuar allí donde tengamos capacidad de control, cierto, pero también de aceptar que no lo podemos controlar todo.
Y de poco sirve molestarse, enfadarse y todo el resto a causa de lo que no podemos controlar.

Si aplicamos los mismos principios a los vendedores, esto significa que tienen que aplicar todas sus energías en lo que sí pueden controlar - llámese técnicas de prospección, metodología de venta, organización y desarrollo personal, … - y, una vez hecho todo esto, aceptar el resultado final.

La pregunta clave que uno debe hacerse es “¿he hecho todo lo que razonablemente podía hacer para generar y ganar oportunidades?”

Si la respuesta es sí, personalmente me quedo tranquilo sea cual sea el resultado último. Perder es simplemente parte del juego. Otros pueden tener mejores propuestas de valor, o hay factores políticos que no se podían razonablemente controlar.

Si la respuesta es no, es que antes de quejarme del precio, del mercado, de lo insuficientes que son nuestros productos y servicios, quizás tengo que pensar primero en qué mejorar yo.

Esta actitud me ha ayudado mucho, y creo que puede ser provechosa para unos cuantos vendedores que conozco también.

Filosofía y acción, complementarias e integradas. ¡La venta es una profesión magnifica!